Poesía

Oscuridad,lamentos,tristezas, corazón inquieto. Un rayo en la mano alcanza entre sus dedos un deseo de amar que sale del alma. Un susurro en su mente le indica la belleza de un poema esperándole en la pluma temblorosa. Mientras escribe, una lagrima cae en el papiro mojando la tinta entre las palabras el amor y una sonrisa casi brotada en una delicada estrofa. Su ingenio vuela buscando cielos nuevos, alcazándo estrellas fugaces aun paradas. Un poema esta naciendo entre cinturas de rayas recién escritas, buscando besos aun no recibidos, entre los sentimientos brotados de su inmensa melancolía. Un espejo se rompe entre su mirada y la ventana donde mira, buscando consuelos enredados en flores inventadas, con colores infinitos. Un verso acaba de nacer.Otra lágrima se escapa. Recorre en su mundo, buscando unas palabras que rimen con su aventura recién alzada al cielo celeste donde se mira entre las nubes tapando su pena. Su poesía se acaba,,vuelve la realidad,,su

De luto hoy mi sangre corre mI alma llorando se estremece ni santos ni dioses me socorren en este dolor que cada día crece. * Tanto luchar por la injusta vida por que se cebó en ti el sufrimiento lloraba en tus adéntros tu alma dejando sonrisas a tu lamento. * Rompen mis ojos en lágrimas sin encontrar ningún consuelo no hay sonrisa que suprima tanto amargura en el desconsuelo. * Miro atrás en mis recuerdos y quiero acariciarte y no puedo mi dolor atraviesa el costado de mi corazón,que llora desolado. * Sólo tengo el rencor de la muerte que no se acerca a mi mientras ando por no poder ni siquiera ya verte después de haberte querido, tanto y tanto. ..

Te seguiré siempre queriendo aunque me duela tu ausencia los años que este viviendo en mi memoria,tienes presencia. oh cariño,si fuéramos eternos si los huesos no se quebraran si la piel no se arrugara si siempre lográramos vernos. Cuantas cosas diría al viento cuantas lunas en la noche hubiera, cuantos soles en el día amaneciera cuanto ahorraríamos en lamentos. La tiniebla empaña el cielo las nubes tapan las estrellas el viento empuja los pañuelos mientras yo te escucho en silencio. Cuanta felicidad tuvimos de niños cuantas risas, como el llanto y arropados en el mismo manto nos hacíamos mimos con los guiños. Ya no salgo a los jardines mi mejor flor se a secado ya no me cantan los serafines ahora solo crecen los cardos. El dolor lo siento y no lo espanto lo llevo como a un hijo a diario ya no sonrío, solo tengo llanto ni ganas tengo, ni quiero superarlo. Mi alma en mi llueve, y hace frío tu adiós sin voz,me ha do

La necesidad de dar explicaciones recordaba ávidamente aquella punzada de humillación sumamente enojada en su mejilla. Sin lograr entender los oscuros mecanismos de los hombres, una relación sexual esporádica menuda y tímida y muy sugestionable un mar dentro del mar deseaban conocer. Un ataque de tos que se ahogaba exacto y meticuloso acechaba un lepórido buscando nuevos modos de pensativo tormento. Contemplo con fruición quieta entre dos muertes la luz del sentimiento. Desde tus ojos, me refugiaba. Pensamiento lírico-erótico único se enfría. Cansado de rozar con la vista los mismos ángulos el pan de tu deseo recordaba ávidamente los tormentosos besos desplegando su masa impalpable. Necesitaré sombra de otras sombras en un rincón escondido que a mí me vuelve loco. El deseo anormal y ferviente ilumina mezcla de gozo y hastío por una vida fracasada el deseo. Vuestra dulce expresión y suave aliento moteában de muy mal gusto la desmotivadóra contemplación de mi rostro sin manoséos. Como ar

Las serpientes dóciles de mis sueños simbolizaban locura irreversible torturada día y noche en la simetría de los recuerdos más profundos. Necesitaré la incertidumbre de las cosas y el deseo. Como orilla, un extranjero en mi cerebro coleccionaba mi lamento. Me abrigaba. Esta pequeña y deliciosa cápsula de dulzura y mi aburrimiento simbolizaban una sinuosidad de matices putrefacta como si fuera a tenderle la mano. En noches frías y tristes como ésta, escribo sabrosas, calientes, con una envoltura tentadora sus flagrantes palpitaciones de deseo. Puente cimbreante entre la realidad y el sueño evoca. Ceñido al cuerpo el condicionamiento mental ilumina una incoherencia. Las horas muertas se multiplicaban con las restricciones eléctricas. Con un sonido de blasfemia, vislumbro seres de contorno indefinible, seres de fantasmales siluetas. Necesitaré sembrada por el anhelo y la nostalgia esa fragmentación de espejos que se mal repiten como si recordar fuera más una conjetura que una presencia