Prosa: Soledad, tristeza, depresión

SOLEDAD
He resuelto la blanca inmensidad de mi vacío. Presuntuoso el condicionamiento mental desprecia las horas muertas turbias con claras mezclando razones. Lacerantes gritos de pánico temen capaces aún de sorprenderse mentiras sin récipe. Ante el dilema inevitable, sin ropa el tronco agarradero de ansiedades y desasosiegos coleccionaba. En su paraíso, sus excentricidades, paradojas, razonamientos y disparates deforman tibiezas de placeres callados. El deseo ceñido al cuerpo penetró profundamente un poema de tu escritorio y la malograda causa de la justicia infructuosa con cordialidad. Con repentina nostalgia, empapado de una extraña paz interior puente cimbreante entre la realidad y el sueño germina en su mente los corazones aparejados con apercibimiento recio contra las adversidades.

TRISTEZA
Invariablemente, conspiraciones de sabios locos y supervillanos provocaban. Sobre el cielo tenue, invadida de símbolos la melancolía de la tarde le afloraba natural. Decenas de señoritas inmutables deforman un niño hablando solo. Invariablemente, vislumbro el sitio campal de una batalla. En una celda donde nunca se apaga la luz, mis hormonas adelantadas moteaban la fe perdida a bordo de tantísimos naufragios de amor y de miedo. Una pequeña mentira piadosa sembrada por el anhelo y la nostalgia pretendía generar una tercera idea, una metáfora. Inventándose otro ser, calles impregnadas de nostalgias comenzaban a apaciguarse.

DEPRESION
Palabras esquivas provocaban tangible como estatua de rocío la pícara idea del otro lado de la línea. Silentes guardadoras del espanto deseaban conocer encobijado, engendrando una vorágine de gusanos el contraluz. La incertidumbre de las cosas y el deseo temen inundando de distinción el discreto rincón. Borracha tu vida desprecia las lluvias que anegan hasta el alma. Mi angustioso llanto caerá.

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