Sufrimientos de un poeta

Arrogante mundo en el que vivo
con el desprecio siempre presente
nunca me ofrecieron algo positívo
siempre recibí maltrátos de la gente.

Mis pensamientos acumulan soledades
en las noches, esperando un nuevo día
donde calmo todas mis  necesidades
llenando mi alma de una fina melancolía.

Dejo pasar el tiempo en mis sueños
que agonizan los relojes de mi vida
haciendo paseos en mis bosques pequeños
esperando en sus sombras la muerte querída.

El río en el que bebo el agua me refléja
ofreciéndome en sus pequeñas olas su espéjo
donde mis arrugas se mecen sin la queja
de los años que a todos nos hace sentír viejo.

Siento morír  joven en mi pellejo
habitando en mi esqueleto el desamparo
preparándome ataúdes blancos en mi cortejo
y un traje negro recién planchádo preparo.

No necesitaré presencias en mi agonía
ni preciosas flores en mi ausencia
ya que no las tuve mientras vivía
echando de menos a veces su presencia.

No busquéis en mís letras aliento
de santos puestos ni crucifíjos
en las religiones santas nada siento
ni tampoco nunca he sido su hijo.

En la soledad mi vida he cumplído
y quiero marcharme como he venido
nunca he pedido,ahora tampoco pido
ni siquiera la presencia de un amigo.

Me arrancaré de cuajo mi tristeza
cerrando los ojos en mi suspiro
dejando en mi cuarto la belleza
de un poema alegre, en mi retiro.

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