El cante hondo
Suena una guitarra ¡Silencio!
El sentir del compás lo reclama.
En la noche oscura que presencio,
la tristeza que sus notas derrama.
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Un quejío suena a lo lejos
de una garganta apenada,
eran lamentos de un viejo
mientras la voz afinaba.
Tócame guitarra por soleá,
seguiríyas o por fandángos,
que mi alma contigo chorréa,
las letras que voy cantando.
De repente se oyen yunques
de los martíllos golpeando,
el cante ya se confunde,
la pena se va agrabándo.
El cante por martinetes
en la fragua esta llorando,
y el viejo se compromete
al compás que va escuchando.
Terminan los martillos,
la guitarra está tocando
ahora por fandanguíllos
la bulería esta asomando.
Empieza a brotar la fiesta
ya se escuchan los tangos,
y el viejo también se presta
a cantar con arte y rango.
Malagueñas y granaínas,
y el compás de la serranía.
La tristeza de las minas
y el cante por alegrías.
Con que arte se escuchaba
la música desde el fondo,
y aquel viejo lo bordaba
¡cantando flamenco hondo!
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